martes, 18 de julio de 2017

ESPOLÓN DE LA ALCAZABA (DESDE EL VASAR)

Sierra Nevada, en verano, desierto pétreo salpicado de verdes y azules lagunas, tiene algo especial. Un paisaje único, mineral, lunar, que te transmite un estado de tranquilidad y serenidad entre altas montañas y majestuosas paredes. El espolón de la Alcazaba, un recorrido a medio camino entre una ruta de escalada y una ascensión clásica presenta todos los ingredientes, con vivac en el vasar incluido, para satisfacer a cualquier escalador-montañero: soledad, silencio, ambiente alpino, longitud y cierto grado de compromiso e intuición. Un recorrido elegante, no definido, entre un laberinto de roca, que nos permite ascender a una de las cumbres más apreciadas y menos frecuentadas de Sierra Nevada, la Alcazaba o Dama Blanca. 
En nuestro caso, y aprovechando el servicio en verano del bus-lanzadera del Parque Nacional, comenzamos a caminar desde las Posiciones del Veleta en dirección al Collado de Veta Grande, Laguna Larga, Pico Juego de Bolos y Laguna de la Mosca. Desde aquí nos dirigimos, por el vasar de La Alcazaba, hasta el vivac localizado al inicio del espolón. Para la vuelta, después de flanquear la cara norte del Puntal de Siete Lagunas y el vasar del Mulhacén, nos decantamos por un recorrido más rápido y convencional: la pista central del parque que pasa junto a La Caldera, laguna y crestones de Río Seco y La Carihuela. 
El bus-lanzadera (teléfono de reservas:  671 564 407) nos deja en las Posiciones del Veleta. Desde allí alcanzamos fácilmente los Corrales del Veleta.
Descendemos hacia las Trancadas del Guarnón y, a continuación, acometemos el ascenso al Collado de Veta Grande.
Las vistas desde el collado recompensan sobradamente el ascenso. Las impresionantes caras norte de La Alcazaba y el Mulhacén nos reciben.
 Continuamos a media ladera y en ligero descenso hacia la laguna de la Galbata y laguna Larga.
 Idílico lugar, a la vez tan cerca y tan lejos de las zonas más masificadas de la sierra.
Un nuevo ascenso nos conduce al pico Juego de Bolos (3.021 m), atalaya privilegiada de las grandes nortes de Sierra Nevada. A continuación, y después de un corto descenso, llegamos a la Laguna de La Mosca, a los pies del Mulhacén, en donde aprovechamos para repostar agua.
Continuamos ascendiendo buscando la senda que discurre por el vasar de la Alcazaba hasta que llegamos a un vivac situado a escasos metros del inicio del espolón de La Alcazaba. Unos cientos de metros antes del mismo hemos podido coger agua en unas pequeñas chorreras. En total hemos empleado unas 5:30 h (paradas incluidas) en la aproximación.
Después de una agradable, aunque fresca, noche, desayunamos y nos ponemos manos a la roca. El inicio del espolón no tiene pérdida y está marcado en el vasar con un gran hito de piedras. Además, podemos tomar como referencia una veta de cuarzo blanca, visible a unos 25-30 m de altura (ver fotografía).
Comenzamos a escalar en dirección a la veta blanca (III+).
Superamos la veta blanca (IV-) y nos dirigimos hacia unas repisas situadas a la izquierda (III).
Un pequeño muro (IV-) nos separa de un fácil, ancho y pedregoso diedro-chimenea (III+) situado unos metros a nuestra izquierda.
Continuamos por una travesía a derecha, fácil aunque aérea (III+), de unos 15 m de longitud.
Una vez pasada la travesía, ascendemos en vertical, llegamos a una terraza y nos desviamos unos 15-20 metros a nuestra izquierda. A continuación escalamos un corto y fácil muro (III+).
El resto del espolón es una sucesión de trepadas fáciles y tramos a pie, con tendencia hacia la izquierda (algunos hitos de piedra), en el que hay que tener cierta intuición para encontrar el recorrido más adecuado. No obstante, y en función del nivel y las ganas de cada cual, la ascensión se convierte en un juego en el que podemos elegir el recorrido que más nos apetezca, complicando más o menos la dificultad del mismo. 
Unas últimas trepadas nos conducen a la cumbre.
Después de algo menos de dos horas y media de trepada-escalada llegamos a la cumbre de La Alcazaba (3.371 m). Son poco más de las diez de la mañana y todavía nos queda el recorrido de vuelta.
Comenzamos a descender unos cientos de metros por la ladera sur de La Alcazaba. 
En una brecha (atentos al GPS) nos metemos por una senda poco marcada que discurre por el flanco norte del Puntal de Siete Lagunas
Aéreo, fácil y precioso sendero, entre grandes farallones rocosos, en el que no hay que descuidar la atención en ningún momento.
Continuamos por la cresta que cierra el circo de Siete Lagunas hasta que llegamos a un collado a los pies de la ladera noreste del Mulhacén. En este punto, descendemos hasta el vasar del Mulhacén (cara norte) y poco después llegamos a lo que nos parece un auténtico vergel, la Fuente del Viejo Lobo.
 Seguimos atravesando el imponente vasar del Mulhacén hasta que llegamos al collado de La Mosca.
Dejamos atrás la laguna de La Caldera con la estética e inconfundible silueta de la cara norte del Mulhacén a nuestras espaldas.
Pasamos junto a las lagunas de Río Seco y poco después hacemos un breve descanso en el refugio de la Carihuela (unas 5:00 h desde la cumbre de La Alcazaba, paradas incluidas).
Solo nos restan unos pocos minutos de camino para llegar nuevamente a las Posiciones del Veleta, después de haber realizado una ascensión y un recorrido espectacular, una gran clásica de Sierra Nevada.

-Material necesario: La escalada del primer tramo del espolón presenta 2-3 pasos aislados de IV- y una travesía fácil (III+), aunque aérea, por lo que, para escaladores habituales, no sería estrictamente necesario el uso de cuerda. No obstante, y si no queremos correr ningún riesgo o algún componente de la ascensión no está habituado a la escalada, se recomienda llevar una cuerda de 30 m, 3-4 cintas expres, algunos aros de cinta y varios empotradores y friends de tamaño mediano. Esto nos permitirá fraccionar, de forma cómoda y segura, este primer tramo del espolón en 3-4 largos de unos 25-30 m de longitud. El resto de la ascensión es una sucesión de trepadas en las que no es necesario el uso de cuerda.

-Track: Aquí